past1Qué importante es tener buenos amigos, de esos que están en las buenas y en las malas. Parecería que un buen amigo brinda un mismo tipo de sentimiento sin importar su origen pero, al contemplar este tema, pude notar que hay muchos matices en las buenas amistades. He venido contemplando estos matices hace mucho tiempo pero ayer, luego de una celebración por el cumpleaños de una querida amiga de la infancia, observé con más detenimiento el comportamiento de los grupos de amistad y me metí a saborear esos matices que se ve en estas relaciones confirmando que, aquellas relaciones que nos llevan a nuestro origen, a la infancia compartida, son las más cercanas al corazón. Voy a reflexionar sobre estos matices a través de una historia que puede tener muchos más colores. Pararse a reflexionar sobre este tema nos ayuda a poner en perspectiva algunas cosas.

Nací en 1962 y la década de los 60’s y 70´s marcaron totalmente la infancia. No había internet, ni telefonía celular, no teníamos juegos electrónicos y las consultas de los deberes del colegio se hacían en enciclopedias o libros con hojas de papel, escuchábamos música en Lps y, eventualmente, en cassettes. El walkman (nacido en 1979) fue de los mejores pasat4inventos para los jóvenes. Las principales radios se escuchaban en AM y la radio FM era la excepción. La televisión era en blanco y negro y para cambiar un canal había que pararse a mover la boquilla. Teníamos, quizás, 4 o 5 canales de televisión. No existió el Betamax sino hasta mi adolescencia y para ver una película de Disney, teníamos que esperar que papá consiga, en EEUU, esas cintas de “reel” que nos ofrecían pedacitos de 15 minutos de alguna película que se proyectaba en una pantalla, como si estuviéramos en el cine. Por eso, conocimos los cuentos de Disney en Lps y cuentos escritos. Es más, siempre recordaré el mejor regalo que mis padres me dieron pastcuando niña (quizás entre 5 o 6 años de edad). Me obsequiaron el set de unos 12 Lps de los cuentos de Disney con un gran libro ilustrado que seguía los cuentos. ¡Hasta ahora tengo algunos de esos cuentos! En el cine presentaban dos películas seguidas y lo mismo era en el fútbol (2 partidos de equipos profesionales). Parecía que el tiempo sobraba. Realmente, ¡qué época más maravillosa en la que crecí! Una de las cosas más hermosas de la niñez fue crecer en el campo y rodeada de los hijos de los amigos más cercanos de mis padres. Como el tiempo pasaba más despacio en esas décadas, teníamos la posibilidad de reunirnos frecuentemente. El grupo más íntimo de amigos de mis padres estaba conformado por unas 4 parejas y el círculo inmediato al íntimo era el más grande con unas 10 o más parejas de amigos. Con los más íntimos nos veíamos, prácticamente, casi todos los fines de semana. Compartíamos feriados como el carnaval o semana santa en el mismo lugar, generalmente, Playas (una hermosa playa ecuatoriana) y, a veces, viajábamos juntos a otros países. En la navidad, los hijos recibíamos regalos de todas estas familias íntimas. Hoy, eso es imposible. Recuerdo con claridad que, cuando estábamos juntos, nos encantaba jugar fútbol, pasar en la piscina, subidos en los árboles y creando juegos originales. Además, hacia el atardecer nos sentábamos alrededor de la chimenea para escuchar las historias de nuestros padres y todas sus travesuras de juventud. Es una manera de transmitir la historia familiar a las nuevas generaciones. La influencia fue tal que, repetimos algunas past7de esas travesuras cuando crecimos. Compartiré la que estoy recordando este rato. Varias veces nos contaron la historia en que al tío Germán (decíamos tíos a todos los amigos íntimos), le querían hacer creer que estaba loco. Un día, el tío salió en su carro a una reunión y los amigos forajidos le fueron siguiendo, escondidos, hasta que, al ingresar el tío Germán a su reunión, los amigos le desaparecen el carro y le van a dejar en el garaje de su casa. Cuando él salió de sus labores, no vio su carro y pensó que le habían robado. Angustiado llamó a uno de sus amigos quien le dijo: “seguramente no saliste en tu carro, verás que seguro está en tu casa, si quieres te acompaño a ver”. Como el otro past5estaba todo desconcertado, accedió a que le acompañen y, claro, al llegar a su casa vio el carro aparcado en su garaje con lo que terminó diciendo: ¡realmente creo que estoy medio loco! Claro, los otros se ahogaron de la risa hasta que le contaron la broma y, obviamente, el tío Germán concluyó que si se volvía loco sería por su culpa. En tal caso, el círculo íntimo estaba conformado por el tío Juan, el tío Chiquito, mi papá y Hans. Polila, una de las hijas del tío Juan fue un año a estudiar en el mismo «College» que yo y, un día, decidimos hacerle esta broma a mi enamorado, Bob, con la diferencia que la broma estuvo dirigida a un extranjero que no creció en medio de estas bromas locas. Ya podrás imaginar la reacción de Bob, hasta estuvo a punto de llamar a la policía. Por suerte, más vale tarde que nunca, apenas unos 20 añitos más tarde le logré llamar a pedir perdón. Él lo recordó con humor, ¡por suerte! Sin duda, la generación de mis padres vivió una realidad muy distinta a nuestra generación. Nuestro alcance en bromas no llegó ni al 10% de lo que hicieron nuestros antecesores para divertirse. Los años han pasado y lo que podemos notar es el valor tan grande de la amistad que nació al crecer juntos. Sabemos cuál es nuestra verdadera naturaleza, nos conocemos muy bien. Cuando estamos juntos respiramos esa paz y esa tranquilidad de ser lo que somos porque, aunque hay muchas diferencias entre nosotros, existe una gran aceptación por haber tenido esa cercanía que past3nos permitió conocernos con transparencia. La vida nos ha llevado por caminos distintos pero, a pesar de no vernos con la misma frecuencia de nuestra infancia, la sensación de unión, amor y amistad que se sembró de pequeños siempre está presente. Sylvia, la hija de Hans, se fue a vivir a EEUU en su adolescencia. Se casó muy joven y dejó el país. Quizás no nos vimos una década, sin embargo, recuerdo con total impresión que, en 1990 cuando estaba buscando dónde estudiar curación con las manos, le escribí consultando si conocía algún lugar en el que pueda estudiar esto. Ella trabajaba en San Francisco, California, para la Lotus 123. past6¿Recuerdas esa empresa? No existía Windows sino MS-DOS y esta empresa creó la primera hoja de cálculo importante, fue la base de lo que ahora es el Excel. Sylvia trabajaba para esta empresa y estaba volcada al mundo empresarial. No tenía idea de lo que yo buscaba. Según recuerdo la historia, ella me contó que el día que recibió mi carta, la leyó durante su almuerzo y al terminar de leerla se encontró “milagrosamente” con un periódico que, seguramente, alguien había dejado en su mesa cuyo titular decía: “Curación con las manos”. Perpleja por el sincronismo lo tomó, lo leyó y empezó a acudir a ese lugar para ver de qué se trataba. Las cartas, en aquellas décadas, tomaban alrededor de 15 días en llegar a su destino. Esto fue lo que determinó que yo me vaya a estudiar allá y viví con ella algunos meses hasta definir mi situación. Como crecimos juntas, compartir el mismo espacio fue muy familiar. Es más, nuestros padres compraron, conjuntamente, la finca en la que crecimos y en donde, con frecuencia, nos reuníamos con el grupo íntimo. Con estos amigos la sensación de amistad es única. Son más cercanos, inclusive, que muchos familiares con los que, igualmente, crecimos juntos. Esto, sin dudas, se debe a que los familiares nacen, los amigos se hacen. Aún así, también con un par de primos, la relación es igual de íntima que con este grupo de amigos y el sabor de familia es irremplazable.

past13Las amistades que se hacen en el colegio son ligeramente diferentes. En nuestro medio las relaciones del colegio son importantes. Los ambientes de los distintos colegios estimulan o no esta importancia. El nuestro tiene raíces importantes en cuanto a las amistades desde la primaria. Como existe la tradición de mantenerse en el mismo colegio de principio a fin, se vuelve inevitable conocerse con los compañeros de la misma generación. Aún así, los grupos se hacen por resonancia y pueden ir cambiando con el tiempo. En mi caso, el grupo de compañeras que se consolidó en los dos últimos años ha sido el que ha perdurado hasta hoy. Nos conocemos muy bien, hemos mantenido contacto constante por más de 30 años y el sentimiento de confort es el mismo que con el grupo de amigos, previamente mencionado, pues existe esa sensación de que nos conocemos de toda la vida y nos aceptamos como somos. Sin embargo, siendo tan íntimo, es otro tipo de cercanía difícil de explicar.

past12De ahí existen los amigos que se conoce en la universidad y luego en el trabajo. Con estos amigos existe otro tipo de amistad. Seguramente hay mucha diversión, farras, y tiempo que se pasa juntos pero la sensación de cercanía es diferente. Dependiendo el tiempo y los años de trabajo conjunto, estas relaciones pueden alcanzar mucha intimidad, aún así, no alcanzan el nivel de hermandad que se crea en los grupos anteriores y, en función de esta historia, puedo explicar por qué. Así como la familia es la que tiene mayor impacto en la formación de las personas y es el origen de nuestras raíces, por eso, para bien o para mal, es lo más importante en cuanto al impacto que tiene sobre nosotros. Igualmente, las amistades que se forman en estos años de raíz, son muy importantes porque es más factible conocerse en esencia desde la niñez que cuando se es un adulto. El adulto ya está contaminado, lleno de pretensiones, protecciones, miedos, traumas, alejado de su propia naturalidad. En la niñez somos lo que nuestra naturaleza impulsa. Por eso, conocerse de past9niños y compartir el círculo más íntimo, genera una resonancia especial. No podría decir que este es un tema generacional pues ahora veo a mi hermano menor reuniéndose con su grupo de amigos, con cierta frecuencia, y sus hijos están creciendo juntos como nos pasó a nosotros pero si parece que es menos común que antes. Las distintas épocas sí condicionan algunas cosas. Hoy en día el tiempo pasa mucho más rápido o al menos las demandas laborales hacen sentir que no hay mucho tiempo libre. Entonces, la frecuencia con la que se pueden ver no es la misma que el siglo pasado, pero me encanta reconocer que eso todavía puede suceder y es maravilloso. Las personas que viajan mucho, viviendo en distintos países, seguramente, no pueden experimentar con la misma fuerza, este tipo de lazos. En EEUU, por ejemplo, las amistades de la época universitaria suelen ser más importantes que las amistades del colegio pues es un país en el que la gente se desplaza mucho. Aún así, para la gente que se mantiene en un mismo lugar, este tipo de amistades de la infancia suelen tener un matiz diferente a las otras amistades.

past2past10También conforme uno crece, se va encontrando con las amistades sociales, que son con las que se comparte, sobre todo, las actividades de la sociedad. Si bien se puede lograr mucha intimidad con estas amistades, los matices de resonancia son los distintos por los motivos que mencioné. Esto no implica que podamos encontrar una mejor amiga o amigo cuando adultos que sea más importante que los demás. Sin embargo, todo lo que sucede y encontramos de niños en nuestro círculo más íntimo, tiene un peso natural que no puede borrarse. De estos encuentros sociales pueden surgir los amigos de la vida pues, definitivamente, no es solo en la infancia cuando se puede enraizar una gran amistad. Si bien los amigos pueden ir cambiando con el tiempo, siempre podremos encontrar aquellos amigos con los que se resuena desde muy adentro.past11 Existen las amistades circunstanciales que cobran importancia según el momento. Recuerdo que, mientras estuve en ese grupo “espiritual” que conocí cuando regresé al Ecuador, me volqué al mismo y ahí estreché amistad con una de las personas del grupo. Pasábamos día, tarde y noche juntas por las circunstancias que nos unían. Cuando salí del grupo, la amistad acabó. Durante los años que estuve ahí esta amistad fue fundamental, pero sin raíces o con raíces en una amistad temporal basada en una ilusión. Hay mucha gente que tiene amistades de conveniencia pero estas realmente no son amistades, son relaciones manipulables basadas en las prioridades del ego y tenemos que tenerlo claro. Otra cosa es que la relación con un amigo pueda resultar conveniente para una circunstancia en nuestra vida, sin embargo, cuando las cosas no son claras y existe manipulación, la amistad puede verse afectada.

past15La vida sin amigos no es vida. Al ser seres sociales definitivamente necesitamos tener conexiones con otras personas. La profundidad y la intensidad variará de acuerdo a la relación. Me considero sumamente afortunada por tener amig@s que han caminado conmigo desde que nací. Esto me ha permitido disfrutar de los diferentes matices en las amistades y disfrutar de todas ellas en su momento. Sabremos reconocer a los auténticos amigos en las buenas y en las malas y son las relaciones que más necesitamos apreciar y cultivar porque verdaderos amigos, son pocos y eso es suficiente.

Esta foto es del 31 de Octubre de 2014. La última reunión justamente por el cumpleaños de Polila, parada junto a mí y que aparece también con sus herman@s y yo en la primera foto de esta publicación. Toda la vida junt@s. En esta foto de abajo estamos las amigas de la niñez que también se puede apreciar en fotos anteriores, aunque no se nos reconozca claramente.

IMG-20141103-WA0010

4 comentarios
  1. Eres una autentica desde siempre Goy, me encanta tu escrito y te voy a seguir desde ahora para divertirme de lo lindo ! Viva Quitooo !!!

    • Gracias Alicia, fue bueno verte a los años… eres super importante para la Polila así que me alegro tanto que hayas venido. Un abrazo y espero que lo que escribo aquí realmente te guste… besos

  2. Muy lindo artículo. Yo también disfruto de un grupo maravilloso de amigas de la época de colegio que son un soporte tan importante en mi vida como mis hermanas de sangre y disfruto de reunirme con ellas sin máscaras, ni accesorios, siendo auténticas. La vida es mucho mejor con gente sincera a nuestro alrededor y cultivar esas amistades es uno de los requisitos para lograr paz, alegría y felicidad. Gracias por recordarnos las cosas buenas de la vida. Un abrazo

  3. Hermoso articulo. Dichosos aquellos que han podido mantener sus amistades a traves del tiempo. Como dice el proverbo<. una mala amistad es como un recipiente de barro. Al rajarse se deshace de ello. Una buena amistad es como una copa de oro. Aunque se rompa, se seguira guardandolo.
    Gracias Gloria por compartir el articulo con nosotros.

No se permite realizar comentarios.