Los astrólogos sostienen que una edad astrológica es producto de la lenta rotación precesional de la tierra y tiene una duración promedio de 2.160 años (un Gran Año equivale a un período de precesión de 25.920 años / 12 signos del zodíaco = 2.160 años). Donde inicia y donde termina esa cuenta es lo que está en cuestión. Los aspectos astrológicos marcan energías importantes que impactan al cosmos. Fue en 1226 del 4 al 10 de marzo que estos dos planetas se juntaron en acuario a 2 grados. ¿Qué podemos determinar de esta conjunción? ¿Acaso inició alguna era en el 1226? No se supone que la era cristiana es la que marca la era de piscis (recuerda la relación de los pescados con el cristianismo) y de eso son aproximadamente 2160 años. Antes de la era de piscis tuvimos la era de Aries y siempre surgen los simbolismos relacionados al signo. La era de Aries sucedió aproximadamente del año 2000 antes de la era común al año cero, que es cuando se supone inició la era de piscis. Ana María Bertolini, publicó en El Día de Argentina, una información interesante sobre las eras que dice así:  
«Una de las metáforas astrológicas más importantes que hay en la Biblia se asocia a las Eras, ciclos debidos a la precesión de los equinoccios y que pudieron haber definido las diferentes religiones. Créase o no, el culto al buey Apis tuvo lugar en la Era de Tauro; en Aries surgió el judaísmo, cuyo emblema es el carnero; y, en Piscis, el cristianismo, simbolizado por el pez. Las eras astrológicas parecen tener una relación directa con las religiones, que “re-ligan” al hombre con el cosmos, según el antiguo principio hermético que dice: “como es arriba es abajo”. El astrónomo griego Hiparco de Nicea (190 a 125 AEC) descubrió que cada 2.160 años, por variaciones en la inclinación del eje terrestre, el amanecer del equinoccio de primavera se producía en la constelación inmediata anterior y a eso se le llamó precesión. El corrimiento hacia atrás del punto vernal es muy lento: sólo un grado cada 72 años. Como cada signo tiene 30 grados, demora 2.160 años en recorrer cada uno y , por tanto, unos 25.920 años en pasar por los 12, tiempo que se conoce como el Año de Platón. Cada uno de estos períodos parecen haber marcado el nacimiento, maduración y caída de distintas creencias. Es probable que el nacimiento de Jesús, en el supuesto año 1, haya señalado el comienzo de la actual Era de Piscis, que debería terminar hacia el 2.160, dando paso a la Era de Acuario. «
Es muy fácil entusiasmarse por lo que pasa afuera sin darse cuenta de lo que necesita pasar adentro.
¿Qué es lo que tú percibes en estas épocas? ¿Hay cambios? ¿De qué se tratan estos cambios?
Es evidente que la vida no es la misma que hace 20 o 40 años, las cosas se aceleran, al menos así parece. Esto es una característica de estas épocas de transición. Todo surge para que podamos ver con mayor claridad lo que hemos creado. El ser humano no es lo único que está involucrado en este cambio, está todo el cosmos, o al menos, nuestro sistema solar. Entonces, lo único que podemos tener certeza es de lo que vivimos en estos tiempos que, sin duda, se los siente como una época crítica de cambios que impactan inclusive la supervivencia de la especie. Si bien la «globalidad y la tecnología» pueden relacionarse con características de la era de acuario, lo que hemos vivido con la pandemia, a nivel mundial, como nunca antes, nos lleva a considerar que la necesidad del cambio se necesita a todo nivel y en toda la humanidad. Esta ha sido una experiencia única que no solo nos ha hecho cambiar, en muchas cosas, obligadamente, sino que nos ha hecho sentir que todo está conectado y nos afectamos mutuamente. 
Entonces, no se trata de aseverar que esto o aquello implica el inicio de la era de acuario sino de vivir intensamente esta época porque las transiciones son las épocas más importantes en la evolución o despertar de la conciencia. Toda la energía se potencia para que podamos abrazar la nueva energía, una nueva era que ahora ya ni los religiosos pueden negar y tratar esto que sucede a todo el Planeta como que fuera una cosa satánica. Así tacharon por décadas al concepto de cambio de era. En tal caso, si analizamos los eventos que están sucediendo a la humanidad global en este período, ¿podemos decir que ya estamos en la era de acuario? O,  ¿más bien sientes que estamos en esta «transición» de era en que se está acabando lo uno y está empezando lo otro? No pierdas objetividad, mira las cosas como se están dando. 
 
Reflexiona sobre qué es lo importante de esta transición. Considera para qué estamos viviendo lo que estamos experimentando en el presente. Mira las cosas con más amplitud e incluye la energía colectiva.
Se pronostican cosas buenas para esta nueva era, una era de mayor conciencia espiritual y hermandad. Pero eso no cae del cielo. A eso es a lo que tenemos que llegar realizando todos los cambios necesarios en nuestra percepción de la vida, del amor, del miedo, del poder y de la humildad, entre tanto más. Necesitamos conocer el ego, cómo funciona, cómo nos domina y, sobre todo, reconocer que no somos el ego, en esencia. Somos esa parte que según las leyes de la termodinámica, no puede crearse ni destruirse, solo transformarse, es decir, somos energía. Estamos tan aferrados a nuestra individualidad que nos impide vernos como parte de un todo. No es para nada fácil lo que hay que hacer para cambiar estas percepciones y relaciones con la vida. Si queremos aprovechar esta oportunidad necesitamos hacer algo al respecto, un algo de impacto.
El proceso de cambio de un ser humano rara vez sucede en corto plazo. Necesitamos mucho tiempo para hacer pequeños cambios conscientes. Sin embargo, en estos tiempos, todo se mueve con más rapidez. Por eso es que hay más y más gente que está despertando. Aún así, no parece ser suficiente. La destrucción de la que somos capaces los humanos, por codicia, no parece encontrar remedio. Me pregunto: si todo está pasando más rápido, ¿por qué no vemos las consecuencias del karma de los destructores y codiciosos con más precisión? Por todo lo que se está moviendo ésta es una época de gran confusión para quienes no han sembrado bases internas. Eso puede ser bueno si la energía de la confusión nos lleva a buscar la claridad.
ALGUNOS TIPS PARA ESTAS ÉPOCAS
1) Aprende a observar sin prejuicios para que puedas mirar las cosas como son
2) Ofrécete al menos 10 minutos de silencio diario
3) Nota la diferencia entre ambiente positivo y negativo, gente positiva y negativa. Observa las consecuencias
4) Empieza la relación contigo mismo de manera más cercana. Escúchate, obsérvate y realiza ejercicios introspectivos, tal como está en el audio libro de introspecciones guiadas.
5) No creas todo lo que piensas, ni todo lo que lees. Procúrate una experiencia directa.
6) Empieza a ver más allá de lo físico y lo material. En otras palabras, empieza a sentir e identificar la energía.
7) Aprende a meditar. La bulla toma tiempo silenciar. Se requiere práctica y disciplina. Encuentra la mejor forma para ti, sea en quietud o en movimiento.

 

Vive el presente, conéctate y no tomes las cosas de manera personal. Todo lo que se está moviendo es para un cambio colectivo. Gracias por leer, por compartir y por reflexionar. Recuerda suscribirte a nuestro blog.