Sin lugar a dudas vivimos en un mundo de polaridades inevitables e innegables. Existe la luz y la oscuridad, la noche y el día, lo femenino y lo masculino y así es nuestro mundo. Los dos son opuestos y complementarios al mismo tiempo, tal como el símbolo del Tai Chi que refleja este concepto en su totalidad y tiene mucha profundidad. Que maravilloso que un símbolo tan sencillo contenga una verdad tan profunda. Dentro del Yin hay Yang, dentro del Yang hay Yin. Eso lo vemos reflejado en todo y este símbolo, además, es la base de los principios de la medicina oriental. Sí, vivimos en una dimensión en la que la dualidad gobierna. ¿Pero, qué sucede con nuestro típico acondicionamiento? Digamos que la dualidad la podemos reflejar en una balanza. En el un lado está la luz y en el otro la oscuridad. La mayoría quiere inclinarse hacia un lado de la balanza, huyendo del otro lado porque se lo «categoriza» como malo, negativo, oscuro y nadie quiere sufrir. Es comprensible, el sufrimiento sí que duele y es incómodo. Pero, si es parte de nuestra experiencia de vida, alguna razón de ser tendrá. Y vaya que debe tener una razón muy importante para que Gautama Siddhartha haya trabajado internamente hasta encontrar el origen del sufrimiento para trascenderlo y lograr la liberación. Las enseñanzas de este Buda, en particular, son muy profundas y si algo sobresalió mientras estaba en su búsqueda fue la realización del camino del medio. El «punto de equilibrio», como se lo puede denominar. Ahora, ¿dónde se encuentra el punto de equilibrio, si es que existe uno, entre la noche y el día? El momento en que se topan, al amanecer y el atardecer, podríamos decir que es un punto de equilibrio, el camino del medio, pero es un punto que está siempre en movimiento. En los dos casos hay un poco de luz y un poco de oscuridad que se entrelazan. Esa es la realidad de este mundo tal y como lo conocemos. Existen dimensiones que podemos alcanzar, estando aquí, que transcienden la dualidad, pero primero sería interesante entender cuál es el sentido de vivir en la dualidad. Sabemos, por ejemplo, que en la oscuridad es cuando brilla más la luz y esto hay que entenderlo no sólo como una realidad física sino que también podemos aplicarlo al despertar del alma o el camino interior.

He visto tantas técnicas y herramientas que la gente usa para evitar el sufrimiento y me pregunto si, las personas que las viven y aplican, realmente, viven sin el sufrimiento. Creo que es irreal obviar el sufrimiento, eso hay que trascenderlo recorriendo el camino de la verdadera sabiduría. Sin lugar a dudas, es nuestro maestro más importante. Nos habla de lo que hemos aprendido, nos habla de nuestras creencias, de nuestros valores, de aquello a lo que estamos aferrados, nos habla de nuestra esclavitud. Si hay alguna persona que lea este artículo y que realmente no tenga expectativas de nada en la vida, pues la verdad ha caído por accidente en este espacio. Podemos trabajar para desprendernos las expectativas que inician por las que tenemos de nosotros mismos y eso se proyecta en las expectativas que tenemos de lo que hacemos y de las otras personas. Finalmente, vivimos más ensimismados de lo que creemos y quisiéramos. Salir de ese estado para entender nuestra existencia y la esencia de lo que somos implica caminar por un sendero que nos lleva a comprender que todos somos uno. Pero comprenderlo mentalmente no basta, hay que vibrarlo en cada célula. Aunque esta época nos está presentando con más insistencia la idea de que somos uno, no solo con los mensajes de místicos que ruedan en redes sociales y los alcances de la física moderna que nos habla del punto de singularidad a través de las investigaciones del físico Nassim Haramein que dice que este punto de singularidad es donde reside toda la conciencia y lo presenta en su documental Black Hole. Personajes como Gregg Braden y Drunvalo Melchizedek hacen hincapié sobre la fuerza del corazón que se relaciona con este punto de singularidad en los seres humanos. Esto es justamente lo que está permitiendo que la ciencia y el mundo del espíritu encuentren un punto de comunión y termine en el reconocimiento científico de que todos somos uno y que la conciencia del universo nace de este punto de singularidad, como lo llama Haramein. Si llevamos esto a nuestra realidad y la relación de este punto de singularidad con el corazón, podemos notar que cuando un ser se está formando en el útero de su madre, inicia de corazón hacia los extremos. ¿Por qué habría de ser el corazón el primer órgano en formarse? Más allá de las respuestas médicas sobre la necesidad del latido para iniciar la vida, creo que podemos también verlo desde la relación que tiene nuestro corazón con el corazón de la galaxia y del mismo Universo. En el mundo moderno se ha dado más importancia al cerebro y sus facultades mentales. Pero, el campo magnético del corazón es mucho más amplio que el del cerebro y eso también ya se lo ha comprobado científicamente y pueden revisarlo en el Heart Math Institute. Entonces, estas son manifestaciones de que estamos entrando en una era de comprensión del principio de que todos somos uno, pero para llegar definitivamente allá, necesitamos comprender nuestro mundo de dualidad.

Necesitamos la dualidad para poder vernos reflejados, para reconocernos, para generar movimiento y vida, al menos en esta dimensión. Esto querría decir que necesitamos tanto las experiencias de alegría como las experiencias de tristeza. Es más, no podríamos conocer la alegría si no conociéramos la tristeza. Y, mientras llegamos al Nirvana o la gran liberación de las limitaciones de la experiencia humana, al menos podemos aprender a manejar el dolor y la misma alegría encontrando ese camino del medio. En vista de que es poco fácil determinar una forma estática para manejar la vida que se aplique a todas las experiencias, considero que lo que se puede hacer es irse conociendo a uno mismo en el proceso hasta ir logrando un estado de equilibrio interno. La vida se nos presenta como una continua montaña rusa en la que a ratos todo es ligero y sin tensión y de pronto se da un giro y nos encontramos al revés. Más hoy en día en que todo está pasando tan rápido, existe una globalización que nos hace sentir como que los problemas del extremo opuesto del Planeta nos afectaran como si fuese nuestro vecino y estamos experimentando una aceleración del tiempo.

He notado como tantas formas de sanación se concentran en evitar el sufrimiento y, la verdad, no sé qué tan saludable es evitar algo que es parte de la experiencia humana y hasta necesaria para lograr una transformación profunda. El sufrimiento que padecemos es una señal de que algo nos ata ya sea a una creencia, a una necesidad o deseo. Y sentir esa atadura o dependencia también nos refleja lo lejos que estamos de ser libres, verdaderamente libres. Quizás uno de los problemas del tema del sufrimiento es que mucha gente lo utiliza como una herramienta de manipulación, otros no saben cómo usarlo para su crecimiento y permanecen en su propia oscuridad y cuántas más razones se puede mencionar sobre el mal uso del sufrimiento, incluyendo la tendencia a evitarlo o negarlo. Hablo de mal uso porque creo que el sufrimiento tiene un propósito, un noble propósito y se trata de empujarnos para que surja nuestra luz interior. El sufrimiento es como la noche, oscura y fría, pero es también, el fondo sobre el cual se puede apreciar la luz. Considero que ese es el mejor fondo del sufrimiento aunque conozcamos la existencia del sufrimiento innecesario que nos generamos a nosotros mismos o que vemos que es parte de este maltrecho mundo. Esto último es el lado más oscuro del sufrimiento que, como lo experimentamos en el mundo de dualidad, tiene un vasto arreglo de expresiones que van desde lo más oscuro hasta el gris antes de convertirse en el inicio del lado opuesto dónde empieza la luz. En vista de que, al menos en esta dimensión, la dualidad es inevitable, no podremos conocer de verdad una gran felicidad a menos que hayamos saboreado el sufrimiento porque no se puede conocer la noche sin el día ni lo femenino sin lo masculino. Ahora, nuestra meta es la felicidad, es experimentar el amor, la paz, la libertad. Todo eso es un estado de conciencia que se puede experimentar de una forma más continua y duradera si trascendemos la dualidad o si logramos transformar el origen del sufrimiento, o sea, básicamente, aquello a lo que estamos aferrados. Esa transformación no es fácil de lograr, pero tampoco es imposible. Podemos tardar algunas vidas en llegar a esa realización, pero no importa cuánto tiempo tome, lo importante es lograrlo y aprovechar cada vida para acercarnos a la iluminación, pues ahí concluye nuestra necesidad de vivir en la dualidad.

Mi sugerencia es que revisemos la verdad de nuestros sentimientos, de nuestras reacciones, no que nos escondamos detrás de ideales que quedan como eso: ideales. Es bueno tener algo hacia dónde mirar, algo que deseemos lograr, pero auto-engañarnos diciendo que todo está bien cuando la verdad interna es que no se está bien, no nos hará sentir felicidad. Más bien, comprendamos al sufrimiento y lo que nos quiere decir, reflejar o enseñar. Si no podemos entenderlo por nosotros mismos, busquemos ayuda de alguien que nos pueda ayudar a poner las piezas en su lugar y así podamos ver un panorama más objetivo sobre nuestras experiencias de vida. Tener el pensamiento positivo sin tener la convicción y la certeza interna es un mero desvío de lo que necesitamos sanar o transformar. Dilucidarnos en nuestro proceso de vida es lo más valioso para descubrir quien somos de verdad y para eso necesitamos ser totalmente honestos con lo que experimentamos internamente.

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10 comentarios
  1. Goy , una pregunta , tu crees que en esta dualidad , es mejor buscar el medio , el equilibrio ?? O que hay que vivir los opuestos con toda la pasion ? Supongo que el medio te da paz , pero no termina siendo una nada . Si mal no recuerdo Osho en «‘ opuestos complementarios «‘ dice : cuando ames ama con toda tu fuerza y cuando odies odia con toda tu fuerza , para despues poder amar igual . Que opinas tu ? Debemos tratar de no ser muy felices por que si somos muy felices despues sufriremos mucho ? Buscamos el medio o buscamos los extremos ? La iluminasion es el medio ??
    Por favor dame tu opinion , me interesa mucho este tema . gracias ,
    saludos ,
    Pablo

    • Hola Pablo. No creo q hay una respuesta correcta. Todo depende de que deseas lograr en tu vida. Para llegar a la iluminacion seguramente hay q conocer los extremos. Porque como determinas el camino del medio si no has conocido los extremos? El camino del medio no es para nada aburrido. lograrlo es un merito sin precio. Cuando en tu vida estes listo para el camino de la iluminacion, lo desearas profundamente y puede tomar algunas vidas lograrlo. Sea lo q sea q hagas, recuerda q el mundo es redondo y todo regresa para ensenarnos el camino.

  2. Gracias Goy por compartir estas tus enseñanzas, según mi percepción esta, es así tal cual y al pie de la letra.
    Es bueno siempre contar con alguien que plasme sobre un escrito de manera clara y contundente las cosas que muchas veces no se entienden y que simplemente se perciben y son.
    Un abrazo……. MTZ

  3. Los seres humanos debemos aptender a transmutar
    el dolor y el sufrimiento ,de cada indibiduo Dios nos
    hizo a imagen y semejanza de El mismo .

  4. Goy cuando me enfrento al sufrimiento trató de tomar distancia, de ver los hechos antes que los rostros y las buenas o malas voluntades y así trato de no acumular rencor. Sin empañeto, sí quisiera que seas más explícita en cuanto a la técnica para poder romper círculos de sufrimiento.

    • Hola Diana, gracias por escribir tu inquietud. Lo que te puedo decir es que primero hay que reconocer el sufrimiento tratando de llegar a su origen. La mayor cantidad de sufrimiento se debe a algún tipo de aferramiento que tenemos, sea a una persona o una cosa. Sufrimos porque no tenemos lo que queremos o no se ajusta a nuestros deseos o expectativas. Entonces, reconociendo lo que sucede en tu expectativa del asunto puedes recien empezar a trabajar contigo misma ya sea para lograr un desprendimiento, un perdón, una liberación. Una técnica??? Pues contemplar tus reacciones, entender tus expectativas hasta que puedas notar la forma en que te genera malestar y te estimule lo suficiente para que logres hacer las paces con la situación o persona, generalmente a través del desprendimiento. Lograr eso es lo más complicado pero ahí está el aprendizaje. El sufrimiento nos enseña un camino de liberación, de amor inclusive, cuando logras establecer una relación contigo basada en la gentileza cuando estás pasando un momento doloroso. El sufrimiento no es ni bueno ni malo, es lo que es y aparece en nuestras vidas para darnos una oportunidad de elevar nuestra vibración hacia aspectos más elevados de lo que podemos ser. Espero esto te ayude….. a veces no es fácil enfrentar el dolor sola, a veces se necesita ayuda, apoyo de otras personas, pero quien finalmente realiza el proceso de transformación es uno mismo. Un abrazo.

  5. Siempre tratamos de evitarnos el sufrimiento, pero mientras más lo posponemos la vida nos golpea más duro, aprender a enfrentar el sufrimiento requiere mucha práctica a nivel espiritual y hasta que no aprendamos la lección que representa esa etapa, se repetirá una y otra vez.

  6. Conscientes de esa dualidad, hace que sea más llevadero el sufrimiento… Sabemos que la luz y el alivio llegará…

  7. Goy querida, hermosa tu redacción que difícil que es llevar el sufrimiento, ojalá si algún momento tienes un tiempito nos puedas enseñar maneras para llevarlo sin negarlo y sin dejarnos consumir por él, fuerte abrazo

    • Querido Gledys, todo lo que aprendo lo voy compartiendo. Para mi también es duro cuando aparece el sufrimiento y lo que hago es tratar de encontrar una visión mas grande que este por encima del sufrimiento para poer verlo con mejor predisposición. Ampliar la perspectiva se da cuando no te quedas en el dolor personal, sino que entiedes o aceptas la realidad y eso ayuda a que el dolor no se estanque sino que siga su curso….. Algún día llegaremos a trascenderlo….. abrazos.

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